La playa

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La idea de visitar el cabo "La Nao", me resultaba cautivadora, y pasar el domingo viendo este lugar me parecio una gran idea, recuerdo del colegio lo "del cabo de la nao", recitado con carrerilla junto con los demás cabos de nuestra península.

Allí nos dirigimos, pero queríamos visitar antes Xabia/Javea y nos adentramos por sus calles empinadas, rozaba el medio día y el lugar se tornaba solitario, sus calles vacías hacían ver que sus gentes estaban como nosotros de vacaciones, además el GPS servía de poca ayuda pues, igual que en casi toda España, agosto=obras, osea que una zanja por aquí otra más allá.

Desistimos aplomados por el calor de agosto de ver la zona antigua y marchamos al encuentro con el mar,

La playa del arenal de Xabia, comentan en internet que es esta una de las mejores playas de la zona. Deciros que la agradable brisa, el profundo azul y el mar en una calma que parecía una piscina, todo esto en su conjunto, nos hizo facil quedarnos y muy duro, ponernos despúes de un par de horas disfruntando de sus virtudes, la puesta de nuevo en marcha para ir a comer donde reservamos en el Restaurante el Mirador, cerca del Radio-Faro del Cabo La Nao.

Total que decidimos quedarnos, anule la reserva por teléfono y comimos a eso de las 3 de la tarde en un Lounch "Domino", lo recomiendo, precio ajustado y buenas raciones, justo detrás de donde teníamos las hamacas, después de comer y de un baño refrescante, nos tumbamos de nuevo a la "bartola", a eso de las 7 y media de tarde y después de algunos baños super refrescantes, pues la temperatura del mar, era baja aún estando el mar tan en calma, nos pusimos, esta vez si, en marcha para por lo menos ir a ver las vistas desde el Cabo de La Nao, con tan solo los pies refrescados con agua sin sal, de los lava piés de la playa, pues no cuentan con duchas entre sus estupendas instalaciones,
con una botella de cinco litros de agua caliente de todo el día al sol en el maletero, nos lavamos y nos pusimos ropa de calle.

Marcamos rumbo al cabo pero el cansancio y el sol sobre todo, hacía mella en mí, en todo lo que llevamos de verano mí persona ha visto el sol, siempre en condiciones de ropa de calle, osea pantalón vaquero y camiseta de manga corta, así que decidimos que otra vez haríamos el camino de nuevo para conocer esa zona, pues el sol en nuestros cuerpos poco acostumbrados nos había dejado enrojecidos las zonas más delicadas de la piel.

Así y todo llegamos a Albacete dos horas después de salir, tras cazar esta puesta de sol, sin haber visto más que la zona donde alquilamos las sombrillas y el restaurante donde comimos, pues ni siquiera paseamos por la playa, en definitiva un día de playa con mayúsculas, sólo playa... y cuatro horas de asfalto.





(de izquierda a derecha)
Vista del mar desde las hamacas, visitante de los aires y
detalle de la linea de hamacas y los lava pies en primer plano





panorámica de la playa del Arenal de Xabia

Dolor y muerte en la Sierra

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Amistad.

Prueba de amistad, probado está, que no es la tan idílica como todos creemos con 15 años, cuesta mantenerla, hay cosas que la sobrepasan y aveces se convierte en algo más, todos hemos tenido perdidas de algún ser querido y sino darle tiempo al tiempo, son en estos casos donde con más facilidad, el hombro y el abrazo amigo pierden y ganan todo su forma.

Amigos y familiares se unen en la despedida, como formula de encuentro siempre un funeral te desfilar imágenes de rostros que creías olvidados, además el sentimiento de duelo te invade y se torna conciliador, porqué son aquellos que no ves lo que no han venido, los más nombrados incluso más de el que nos deja.

Comer algo juntos después de meses, años quizá sin vernos, se me hace raro, además parece que celebras en comanda el reencuentro, quizá todo por el rumor de las campanas de la iglesia llamando a muerto nos pone un velo que se tercia imponente, pensando que todo lo pasado fue mejor y que quizá esta vez las tornas nos sean favorable para que este pequeño reencuentro se convierta en motivo de otros.

Todo se torna claro al paso de la jornada, lo que antes nos hizo tomar caminos separados, nos vuelve a la memoria y nos despierta de ese sueño imposible. Tan solo una pequeña esperanza que el próximo duelo, nos lleve a otra jornada al menos como esta donde el reencuentro de los amigos se hace glorioso.



Entre el Jardín e Ituero (Albacete)


Libro de Visitas